martes, 22 de marzo de 2011

La primavera, la luna y las Fallas de Valencia

Que lo vuelvo a repetir, ha llegado la primavera al hemisferio norte, según los que saben del cuento ya llevamos varias horas metidos en el cuento, pero antes de este inicio terminaron algunas cosas: Como es obvio, el invierno, que le precede, y en Valencia, se quemaron las fallas y se acabó la fiesta. El final de fiesta tuvo su encanto, el 19 de marzo, día de San José -para los que siguen el santoral- patrono de la ciudad de Valencia, y día de la cremá de las fallas, coincidió con la luna llena, además de que la muy nocturna estaba en su momento más cercano a la tierra -lo que llaman el perigeo, según decir de los entendidos, lunáticos o lunólogos o como se les quiera llamar- así que coincidían la luna llena, el perigeo de la misma y las cremá en Valencia; por lo tanto, lo mejor era dejarse caer por la playa antes de la 19:30 horas, porque por estas tierras somos muy inclusives y llevamos los relojes con las 24; así, antes de la hora fijada, y después de una no muy larga espera, pudimos disfrutar de una salida de la luna sobre el mar, llena y perígea -se prodrá decir así?, como preludio a la noche más ígnea de la península. Estos son momentos que se viven y ya, no hay vídeos, ni fotos, ni nada que lo soporte, sólo queda el recuerdo y la sensación de haber estado ahí, en en justo lugar y en el momento preciso.

Pero este cuento estaba iniciado desde el hace varios días, desde el 22, para ser precisos, y apenas hoy vengo a retomarlo, día 31, antes que terminen otras cosas, como el mes y el primer trimestre de este ya avanzado 2011; que ha sido un trimetre bastante movido, eh!

Se movió, y bastante, en Japón, con unas consecuencias que aún no podemos dimensionar -por lo nuclear del caso; se movieron las cosas en el mundo árabe y siguen en sacudida, después de las estruendosas caídas en Tunez y Egipto, las cosas siguen su marcha y no podemos tampoco avisorar el rumbo que terminarán tomando, para muestra Libia, Gadafi y la OTAN, para no detenernos en Yemen, Siria y demás. Y se avecinan cambios en el siempre olvidado y mancillado Tíbet; el Dalai Lama renuncia a la jefatura de estado en el exilio; sabemos, y bien, que el Tíbet solo existe en el exilio, lo que pisotea China, con el silencio complice del mundo, no es más que su sombra! Así que los tibetanos se enfrentarán en poco a otra orfandad, después de la que viven desde hace ya más de cincuenta años, su jefe espiritual abandona la jefatura del estado, y eso es algo inédito para ellos...los estremecimientos no cesan.
Finalmente, para no prolongar más este entuerto de hoy, durante este trimestre hemos cumplido tres años de no ininterrumpida vida bloguera. Tendrán que perdonar los que se aventuren por este chapoteado espacio, pero es que eso de hacer blog es tan nuevo, aunque no lo parezca, que aun no aprendemos.
Pero no puedo terminar sin hacer alusión a Liz Taylor, la de los ojos violeta, el amor eterno de Richard Burton; ahora, mientras conducía desde la orilla del mar, mejor dicho, desde la oficina, que estamos ahora a la orilla del mar, me vino a la memoria un aire de tango "Sus ojos se cerraron, y el mundo sigue andando..." y es que no se detendrá, y mejor que no lo haga! por mucho que pase y suceda.
Con todo esto, pareciera que a los bachilleres del Colegio Robledo de Calarcá de 1978 los he dejado en un rincón, olvidados, pero no, sólo es apariencia. Por ejemplo, a Carlos Alberto Villegas Uribe, tal parece que se los tragó la tierra, que ha que ha sido devorado por la manigua; desde que se marchó para el Quindío, se han perdido sus pasos, no hay GPS que valga, el tipo insiste en el anonimato, la perdidez, el desconecte; en qué andará. . .