miércoles, 12 de diciembre de 2012
Tres veces doce no son treinta y cuatro, pero puede ser
sábado, 20 de octubre de 2012
Calarcá y su Plaza de Bolivar
sábado, 6 de octubre de 2012
De Calarcá en los campos
De Boyacá en los campos
El genio de la gloria
Con cada espiga un héroe
invicto coronó.
Soldados sin coraza
Ganaron la victoria;
Su varonil aliento
De escudo les sirvió.
Estadìstica otra vez
Qué vicho raro ha picado al respetable que ahora llega con más frecuencia y se demora más tiempo en este enmohecido rincón? pregunta sin respueta, como todas las que se lanzan desde estos lares.
Lo cierto es que ya en dos días hemos superado las cien páginas vistas en un día, algo normal en cualquier blogg, pero no en este. Ciento ocho -108- y ciento veintitres -123- son las páginas vistas en los dos primeros días de octubre, ufff... mucho tráfico, si seguimos así, vamos a necesitar como mínimo la colaboración de un bachiller auxiliar.
Mientras me sigo preguntando del porqué del asunto, no dejo de imaginar o de anhelar que entre los extraviados visitantes algúno sea descendiente directo o, porque no, uno de los que nos dimos a la fuga en diembre de 1978 de las fauses colegiales, dejando nuestro irrelevante recuerdo en el Colegio Robledo de Calarcá. Puede ser, ¿porqué no?.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Esta dística
dística,- Pareado.
dístico.- Estrofa de dos versos que expresan un concepto completo.
sábado, 15 de septiembre de 2012
Foramen Magnum
viernes, 24 de agosto de 2012
El Borreo de las Crujas.
Subject: Noticias de Grecia
From: cavillegasuribe@yahoo.com
Date: Sun, 29 Jul 2012 19:40:33 -0600
To: fernandonorena@hotmail.com
viernes, 10 de agosto de 2012
Nos queda la música
lunes, 6 de agosto de 2012
No tan Olímpicos...
martes, 17 de julio de 2012
Armenia - Calarcá y viceversa
viernes, 6 de julio de 2012
De Chupinazos y otras gaitas
miércoles, 4 de julio de 2012
El Ipodgrama, subonachi y el Bosón de Higgs
Porfirio, Michel, Higgs, Bonachi y el Ipodgrama, seguimos en las mismas, eh.
Trataré de enderezar el entuerto, y para ello he de retrollevarme a la Escuela Giradot de Calarcá, 1972, que no es mucho, sólo cuatro décadas, que a esta alturas ya no asustan. Allí, por primera vez, tuve profesores, maestros o docentes, para cada materia o asignatura, como ya lo comente en entradas anteriores, y viví el percance se cruzarme en la vida con uno de los personajes que siguen atravesados en ella, PTT, Carlos Alberto Villegas Uribe, el hijo de doña Graciela... El otro dato extraible de ese centro educativo y necesario para el embrollo este, es el del profesor de Lenguaje, don Wilson Galvis, a quién nos referíamos con toda la zafiedad de los once años como Don Güipa.
En los años siguientes, los seís del bachillerato en el Colegio Robledo, tuve otros profesores de Español, para el bachillerato las materias cambian de nombre, don John Henao, en los primeros años, no recuerdo bien cuáles otros, pero no olvido a don Pedronel Ospina como director de grupo y profesor de Español en quinto y sexto. Cómo nos sufría don Pedro!, sólo él lo sabe, nosotros escasamente lo podemos imaginar.
Así fue como de la mano de don Wilson, don John, don Evelio, y no puedo saber quién más, tuve mis primeras aproximaciones a eso de la gramática, con su sintaxis, morfologia, semántica, y demás perendengues que ahora no me vienen a la cabeza, y no hay manera de que lleguen en un futuro, por cercano o lejano que esté. He de confesar ahora, y esto es determinante para el asunto que trato, que si no es por la alcahuetería de Carlos Mario Vargas Aristizabal, Guilligan, para más veras, jamás habría aprobado en los dos últimos años la citada asignatura, me hubiera perdido de formar parte de los bachilleres del Colegio Robledo de Calarcá de 1978, y jamás habría escrito esta bloooogggggg; de lo que se habrían salvado!
Ahora sí, entremos en materia, con mi poca, escasa, por no decir nula filiación con eso de la lengua y sus implicaciones curriculares, no entiendo cómo un personaje que me conoce desde entonces, el doctor Villegas Uribe -doctor de verdad con título y todo- pretende de mí una respuesta al siguiente reto palabrial, cito textualmente "Ahora juéguese un Mibonachi regresivo capicua, si es tan macho, gorro, el último en llegar es una güeva"... Sobra decir que el insulto lo recibo por adelantado y la desconfianza sobre la hombría la doy por descontada; más facil sería, si que me pidiera una explicación sobre el Bosón de Higgs, a través del ipodgrama que con temor espero; Al menos estaríamos igualados en la ignorancia desde el principio.
Qué relación puede existir entre la gramática de don Güipa, Higgs con su bosón o si él, Fibonnasi con sus sucesiones numéricas, y el doctor PTT y su-bonachi?, y qué velas tengo yo en el entierro? como bien dicen en la costa caribe colombiana "mandan huevo!!!
NOTA AGREGADA: Don Gonzalo Gutiérrez fue otro de los benemétiros profesores que llevó a buen término la asignatura de español, durante esos robledistas años.
lunes, 11 de junio de 2012
El Pueblo y sus Fiestas
Qué lejos estuve de estos cuentos, durante tanto tiempo, cuando los días eran más o menos iguales y el tejemaneje de las estaciones no formaban parte de ninguna rutina, solo eran ecos lejanos que traían los vehículos de entonces, los periodicos, la radio o la tv. Ahora vivo las estaciones como parte de la cotidianidad, y percibo la vida del trópico através de los medios, que ahora son otros y los mismos; perduran los periódicos, la radio y la tv, pero me llegan por medio del PC, que aún no me mueven las tabletas ni los telefonos intelegentes, pero llegarán, no hay vuelta de hoja.
Junio, mitad de año, calor en escenso, ayer, domingo once, marcó 34 ºC en Valencia, y el verano aún no inicia, le falta unos cuantos días, pocos, pero no es la hora aún. La playa hace su llamada con el rumor de olas, años atrás las playas del Santodomingo quedaban más lejos, su romor era y es otro, más cantario, menos monónono, sin sombrillas ni tumbonas de alquilar; con una piedra era suficiente para tomar el sol y dejar pasar el tiempo. Claro que a sus orillas no llegaba el tranvía, de eso ni en Cartagena, como dice la canción, tampoco el autobus; el camino de ida y vuelta, a pata, voliando quimba. Recuerdo el desgano que generaba la subida después de una tarde de baño, puede que la vena poética se nos inflara, pero el ánimo estaba más abajo de la jarretes cuando de iniciar el regraso se trataba, Calarcá cerca, pero ese primer tramo de subida la hacía distante, sin olvidar que pasada la variante teníamos otra subida igual o más empinada y creo que más larga, esto último válido para los que subíamos hasta el Veinte de Julio, por la 35.
Ya llegan la fiestas al pueblo, con su vociferante concurrencia y sus martirizantes estruendos, desfiles, cabalgatas, yipaos y demás, no faltarán las reinas ni quienes las coronen, tampoco los trofeos, medallas y demás reconocimientos anualizados, autoridades de todos los colores y sabores y para todos los gustos, que el festejo es grande y no puede desaprovecharse.
Que lejos quedan ahora todos esos ecos, pareciera que se puerden entre el rumor que traen las olas, mientas dejo mis huellas en las arenas de la Malvarrosa...
miércoles, 23 de mayo de 2012
Salvando las distancias
miércoles, 16 de mayo de 2012
¡El cero absoluto!
martes, 24 de abril de 2012
La cremallera y el día
Plantemos nuevos árboles, la tierra nos convida, plantando cantaremos los himnos de la vida...
Sin olvidar los días de la madre y del padre, el del niño -con paseo incluído-, recuerdo ahora el día de la banderita, del profesor; ya acudirán otros más.
Así que para buscar sobre el tema, encendí el ordenador, accedí a internet y en la página principal del buscador que habitualmente uso encontré una cremallera, joder!, el día de la cremallera y yo sin ninguna, efectivamente en la vestimenta que me acompaña no hay cremalleras. Al leer sobre el cuento, descubrí que hoy hace x años nació el inventor de tan reputado y útil adminículo, vaya fecha!. Y claro, el que lee aprende y descubre, la cremallera es algo más que el cierre, hay dirección de cremallera, tren de cremallera, y no sé que otras cremalleras más... he descubierto un jardín cremallera, pero no voy a subir la imágen. En Manizales, en sus estrechas y congestionadas calles oía decir que para mejorar el cuento de la circulación lo mejor era el sistema cremallera, con el cual los conductores que confluyen en un cruce, van accediendo a la vía uno de cada lado en forma alterna, otra cremallera, con mucho de cultura ciudadana.
Pero el inventor tal parece que no inventó, sinó que patentó, fabricó y explotó económicamente el invento, tal como en el caso de la bombilla eléctrica, el teléfono y quién sabe qué mas cosas, que el mundo siempre ha sido de los vivos... y la historia está llena de mentiras y falsedades, no hay remedio!.
Ahora, en los tiempos del velcro, a propósito, quién lo inventó y quién se llenó con él?; digo, ahora en los tiempos del velcro, no han perdido vigencia las cremalleras, los botones con sus ojales ni los cordones; ¿cual es mejor?, buena pregunta, el velcro es una joda, se pega con todo y termina deteriorando los tejidos cercanos, además de que se pegan con lo que menos se quiere o necesita; las cremalleras terminan perdiendo los dientes y no tienen dentista, además las metálicas con el tiempo se oxidan y manchan las prendas, sin olvidar el olor desagradable que desprenden algunas; los botones se caen, los ojales se ensanchan y a veces terminamos abotonados de cualquier manera; muchas veces hemos perdido un botón en el peor momento, y en algunas ocasiones habremos paseado muy orondos con nuestras prendas mal o desabotonadas. Y de los cordones, bueno, terminan reventándose, sin olvidar los nudos. Sí, los nudos; curso básico para amarrarse los zapatos, primer paso... ¿cuándo pude amarrarme los zapatos por mi propia cuenta? no lo sé, imposible recordarlo, pero lo que no olvido son los nudos con los que era común terminar y para resolverlo era necesaria la paciencia y habilidad de los adultos. Desatar el primer nudo, otro hito perdido para la historia!.
Así las cosas no sé con cual quedarme, y mejor no elegir, lo importante es poder contar con ellos cuando y donde se precisen, porque cuando faltan o no funcionan las cosas se descomponen; no puede dejar de pensar ahora que en ciertos regímenes carcelarios arrancaban los botones cremalleras y cordones de las prendas de vestir de los presidiarios, lo que los obligaba a sostenerse los pantalones con las manos, ignominioso cuando menos...
Un saludo a los bachilleres del colegio Robledo de Calarcá, que en 1978 me acompañaron a recoger el diploma, estoy casi seguro que ninguno de ellos se habrá salvado de un velcro caprichoso, una cremallera desdentada, un botón caído o un nudo en los zapatos, así que aún sin mencionarlos, desde el primer renglón estaban incluidos es esta entrada, abrazos a todos.
domingo, 18 de marzo de 2012
Cambios...
En 1973 ingresé al Colegio Robledo, para iniciar el bachillerato, como lo hicimos muchos de los que seis años después terminamos graduándonos. Siempre supe, o di por entendido, que la institución llevaba por nombre "Colegio Robledo", sin arandelas ni colgandejos, y con falso y lejano eco de conquistador español. Tema aclarado en entradas enteriores.
Retomando los cambios que vivimos, nos tocó una época de experimentos en cuanto a métodos de calificación; en primero de bachillerato nos calificaban mensualmente y de cero a cinco, en segundo pasamos a períodos bimestrales, con notas de cero a diez y en cuatro y quinto calificaban también por bimestres, pero de cero a cien (primer bimestre de cero a diez, segundo hasta quince, tercero hasta veinte, cuanto hasta veinticinco y el último bimestre, hasta treinta); en sexto volvimos a la calificación de cero a diez, por bimetres, pero con la novedad de los exámenes finales, que habían desaparecido desde segundo. Jóder si nos cambiaban las reglas de juego, y sin derecho al palateo!
Nuestra época de estudio fue tiempo de cambios y experimentos, para muestra los que se dieron en los métodos evaluativos, en los nombre de las materias -recuerdan lo de ciencias integradas- y desaparición de asignaturas -el francés ya no se enseñaba cuando llegamos a quinto- en una institución que con el paso del tiempo cambió hasta de nombre, pero del que prevalece como signo identificativo "Robledo", que nos marcó los pasos, y nos preparó para afrontar la vida. Fuimos y seguiremos siendo Robledistas, desde los primeros graduados en 1952, hasta los que iniciaron sus estudios de bachillerato en este ya avanzado 2012, en eso no cambianos, todos podemos identificarnos bajo un manto Robledista, así no podamos establecer a ciencia cierta en qué consiste.