miércoles, 31 de diciembre de 2008

El último día

Que no es el tantas veces anunciado y nunca cumplido, no, de apocalíptico nada, ni un céntimo.
Sólo me refiero a la fecha, según el convencionalismo que terminó imponiéndose en el mundo occidental. 31 de diciembre, fin de año, nochevieja como la llaman por estas tierras de quijotes y sanchos, la mítica y comercializada -como todo en este mundo- noche en la que por arte magia completamos, una vez más, la vuelta que este globo de locos da al rededor del sol sin deternerse ni cambiar de rumbo, !y que ni se le vaya a ocurrir hacerlo¡.
Y así como termina el año, también termina la cuenta del trigésimo aniversario que hemos venido haciendo para los bachilleres del Colegio Robledo de Calarcá, del año 1978.
Sí, ahora que cerramos este primer ciclo, y dado que la tarea no se ha cumplido aún, no queda otro remedio que continuar, seguir dando la lata, insistiendo, agotando recursos, intentando de nuevo, hasta amenazando; porque el propósito inicial, de contactar con la mayor cantidad de egresados sigue en pie y lo seguirá estando. No claudico, no me rajo ni me doy por vencido.
Así que en el 2009 seguiremos (a menos que Google nos lo impida) intentando atraer hacia este pequeño rincón a los que en alguna ocasión compartimos pupitres, o sillas y hasta clases, en los salones de la arenosa colina donde funcionaba el Colegio Robledo en los setentas.
A pesar del silencio de los lectores, porque ni mudos que fueran; nada dicen, no dan señales de vida, el mutismo los invade y los gobierna; digo, a pesar de ello, aca seguiré palabreando recuedos, que no son muchos, mientras poco a poco vamos difundiendo este entuerto y vinculando, al menos como lectores esporádicos, a los tan recelosos convocados.
Un Feliz 2009 para todos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Y la graduación?



Mañana. Sí, de acuerdo con los restos de memoria que me quedan, el martes doce (12) de diciembre de mil novecientos setenta y ocho (1978), recibimos el grado de bachilleres en el Colegio Robledo de Calarcá, Quindío, Colombia.

Consultando el calendario correspondiente me doy cuenta que fue un martes, cosa que no recordaba, en absoluto. Un dia raro para tan magno acontecimiento (se nota cómo nos querían en el Colegio, tanto, que no pudieron esperar al fin de semana para el detallito; se deshicieron de semejante tracamandada lo antes posible).

Qué cómo fue señora...?

Vaya, que la memoria no da para tanto. Quién me entregó el "cartón"? me imagino que alguno de los profesores, porque por arte de magia no iba a caer en mis manos; pero quién? La verdad es que ni las fotografías de esa noche pude rescatar. Es más, nunca me fueron entregadas. No conservo imágenes del acto, ninguna, ni propias ni de compañero alguno. Así que ni modo, sin ayuditas de esas la memoria deja de funcionar, no me culpen.

Claro que los memoriosos no faltarán, y algunos recondarán cada detalle de la fecha y del acto. Si nos los quieren compartir, acá esta el espacio para ello, no deje pasar la oportunidad, aproveche este momento, llame ahora (nuestras operadoras lo estarán esperando) que digo llamar, escriba ahora, camparta lo que tanto se guarda. No lo deje sólo para sus nietos.

lo único que me queda de aquella noche es de diploma, que les comparto en el encabezado de la nota.

lunes, 1 de diciembre de 2008

BACHILLERES

Por fin. Al cabo de once años, o más, habíamos terminado este ciclo de nuestras vidas. Y como no hay vuelta de hoja y la vida sigue, pues a tomar decisiones: Pagar el Servicio Militar -que yo recuerde, lo hicieron Jorge Fernando Laverde Q., Camilo Augusto Sánchez H. y Carlos Alberto Hurtado (el famosísimo Quinta), para otros, continuar estudiando, buscar trabajo, o dedicarse a vivir la vida, cada uno tomó su camino.
Treinta años después. . .