viernes, 18 de septiembre de 2009

Roma y la memoria

De las clases de geografía de don Gonzalo Gutiérrez y las de historia de don Herman Montes (por allá entre segundo y tercero de bachillerato), algo nos debe haber quedado en la memoria, cómo los accidentes geográficos que con tanto énfasis nos describiera don Gonzalo: La península de Kamchaka, o el estrecho de los Dardanelos y el mar de Mármara -para mencionar sólo algunos- lo mismo con las lecciones de historía, de las que tengo menos marcas.

Visité Roma la semana pasada, en plan familiar, y claro los referentes obligados: El Coliseo Romano (del que todos hemos oído hablar y visto en fotografías y a través de documentales y películas) Los vestigios arqueológicos de la Roma antigua, con sus referencias y reseñas (para turistas, el debil esbozo de un rico pasado), monumentos alusivos a la historia reciente, como los de Vitorio Emanuele y Urbano I, que suenan a chino, porque de ello ni idea; también El Vaticano, con sus museos y Basílica.

Sin dejar de lado la archifamosa Fontana de Trevi, llena siempre de gente en plan fotográfico, porque la fotográfía ahora se ha vuelto plaga en todas partes, con el recurso digital, se ha masificado de manera estruendosa.

Traté de recuperar algo de lo que nos contaban en esas clases, pero la memoria engaña, te revuelve clases, libros, artículos, películas, documentales, noticias y no sé qué más cosas, formando una maraña indescifrable, no pudiendo aclarar si esta o aquella pertenecen a ese o a aquel; entonces, para no morir en el intento, lo dejé así. Lo tengo claro, algo nos debieron contar de Romulo y Remo, de los Césares, del Imperio y su caída, de los Papas, lo mismo que de los acontecimientos que marcaron el siglo XX y que terminaron haciéndo de este mundo lo que es hoy geopolíticamente.

Y a qué viene todo esto?

Pues es la mejor manera de justificarme por la ausencia, contarles que por estar viajando y departiendo con mi hermana y su hija, hasta me estaba olvidando del blog, pero que una vez regresado a Valencia, todo vuelve a su curso y retomo las tareas y compromisos, como este que me he impuesto para con los bachilleres del Colegio Robledo de Carlarcá , de 1978.

NOTA FINAL: Un más de la lista: He ubicado a Luis Fernando Marín Garcés, "El Mono Marin" como siempre se le ha referenciado, imagino que para diferenciarlo del otro Fernando Marín "Pepillo" que no es que fuera muy rubio que digamos. Lo pude contactar vía telefónica, quedándome pendiente su dirección de correo. Vive en USA, lo mismo que Carlos Mario Vargas A. y José Jesús Arbeláez M. ¿Cuántos más de la lista vivirán allí?