O disculpas, da igual. No quise terminar este segundo mes sin hacer la segunda entrada en este irregular blog, cadapuedario que se resiste al abandono total. Pero el tema no afloraba, mejor, no aflora -en presente del indicativo y de todos los tiempos verbales habidos y por haber. Mientras La Consagración de la Primavera de Stravinski invade el espacio de la casa, y Revel (Jean-Francois) me mira insistentemente desde la carátula de sus Memorias- El ladrón de la casa vacía, como si reclamara la continuidad de su lectura, yo sigo patinando sobre el teclado tratando de sacar algo descente, o al menos leíble.
Pero volviendo al título, la verdad es que desde finales de noviembre volví a ajuiciarme con la lectura, que la tuve abandonada durante casi todo el año, basta decir que entre marzo y octubre no leí ningún libro, apate de revistas, periódicos o artículos sueltos en la WEB, nada de nada. El trabajo y su dispar horarío servían de barrera; pero en noviembre pude hacerme con la última parte de la trilogía de Javier Marías TU ROSTRO MAÑANA - Veneno, Sombra y Adios , cuyas dos primeras entregas había leído por allá entre septiembre y octubre 2005, así que el hambre no era poca, por lo que a devorarlo me dediqué, una vez terminado éste, me esperaba Almudena Grandes con EL CORAZÓN HELADO, una historia de la Guerra Civil Española, y entonces se me atravesó Peter Watson con IDEAS -Historia Intelectual de la Humanidad. Así que entre los tres se me fueron los ratos libres de los últimos tres meses y como podrán haber deducido ahora me arrastran las Memorias de Revel.
Cambio de Tercio, ahora suena El Pájaro de Fuego, del mismo autor; las lecturas siguen absorbiendo en gran parte el poco tiempo libre del que dispongo, entenderán entonces lo esporádico de las blogueaciones, Ahora bien, que no sólo los escritos, la otra verdad es que no he evolucionado en nuevos contactos con los bachilleres del Colegio Robledo de Calarcá, de 1978, objetivo último de este espacio; ya encontraré una salida al meollo.
Por último, y no pretendo seguir justificándome, pero deben comprender que ahora llega marzo, y con él Las Fallas. Así que la ciudad de Valencia se viste de fiesta, las actividades van desde el día uno y se extienden hasta el 19, cuyos actos centrales se concentran en los últimos cuatro o cinco días. Y para completar, Carlos Alberto Villegas Uribe, que estudía ahora en Madríd, hizo reservaciones para esos días en el cuarto de huéspedes de mi casa; Así que no se extrañen por el silencio que pueda presentarse.
Ya les contaré de qué van las Fallas.
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