miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA LLUCA Y EL FILÓLOGO.

Que no se alarme, ni se asuste, ni se burle antes de tiempo, que se lo tome con calma; lo que pasa es que ayer estuve recordando las tan manidas formas de preguntar por la ortografía de algunas palabras, que desde los tiempo de upa nos acompañaron.

Y qué mejor referencia que la yuca, con ye, como se debe. Cuántas veces oímos preguntar, o lo hicimos nosotros mismos: ¿con ye de yuca?, y claro, la consabida respuesta que no se hacía esperar "con elle, de lluvia" (torpe). Y también la "be" corta y la "b" larga, con sus animalizadas versiones: be de burro y "be" de vaca, sin faltar la "ce" de casa. Ahora me pregunto si también recurriamos a la "ge" de gato; creo que la pregunta se hacía, ¿con ge o con jota?, a lo que solían respondernos con un desconsolador: siiií.

Ahora, muchos años después, pero no propiamente frente al pelotón de fusilamiento, y bastante desconectado de la palabrería estudiantil y sus formas y recursos, salta a los titulares de la prensa lo de la nueva gramática de la lengua, y sus pretenciones de acabar con tan ingeniosas formas; que nada, que la be es la be y la uve es la uve, y ye y elle, y pare de contar, que no hay duda ni razón posible, que se escribe como se escribe y se llama como se llama, así que se pueden ir introduciendo sus yes -con sus respectivas yucas- por donde mejor les parezca, y punto!

Jóder con lo filólogos y los gramáticos y los académicos y demás especímenes semejantes!!!.

Pues bien, siempre nos enseñaron -otra cosa es que lo hubiéramos aprendido- que la be es la be, la uve, uve, como también que la ye es la ye y la elle, elle.
Lo mismo que lo de labidentales y labiales, y vainas por el estilo. Pero eso sí cuando llegaba el caso no era frecuente quecurrir a tan apropiados nombres, volvíamos al tubérculo, los cuadrúperos y al consabido aguacero. Cosas de muchachos.

Con la ge y lo jota la confusión era menor, y en caso de confución el felino era buen compañero, aunque no faltaba quien confundiera a don Gorje.

¿Cómo preguntan ahora por la ortografía los hijos y los nietos de los bachilleres del Colegio Robledo de Calarcá de 1978?. Esa pregunta no tiene respuesta, lo sé de antemano, y no porque no se hagan las preguntas y se obtengan respuestas, no, simplemente porque a este blog, nadie le escribe!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Fernando, no te aflija que no escribamos, te leemos. Se dice de la ortografía que ésta nace no sólo de la norma sino también del uso que del idioma hacen las gentes. Que cada quien ocupe se espacio en esta travesía por la historia: aquellos, que como tú, alertan de los riesgos. Y aquellos otros, quizás ajenos a las seguras tradiciones y al perennidad de la palabra, que en su divagar terminan creando nuevas expresiones.

Camilo

Anónimo dijo...

Buenísimo post, mi admirado greñaldo, el hombre de las lecturas paradojicas, para no decirle, El Malpensante, que le va bien. Buena la nota. La disfrute mares. Por un momente creí que la iba a emprender contra los arrancayucas de la bella.

Luis F. Noreña G. dijo...

Gracias Camilo, y al anónimo arrancayucas de la Bella, no se preocupe, que se me escaparon por poco, pero ya les vendrá su turno nuevamente.