Con ánimos masoquísticos he rescatado, por intermedio de mi hermano Ricardo, las calificaciones de los primeros años de estudio, primaria y bachillerato. Como ya lo saben, los que por este rincón se dejan caer de vez en cuando, para completar mis estudios primarios trasegué por tres escuelas diferentes, la Antonio José de Sucre, en Anserma Caldas, los tres primeros años y las escuales Santander y Girardot, en Calarcá, para los dos últimos, y en el órden anunciado. Tres escuelas y dos pueblos, con un sistema de calificaciones uniforme, de cero a cinco y notas bimestrales. En los cuatro primeros años tuve un maestro por curso, pero para quinto hubo un profesor por materia.
En 1973 ingresé al Colegio Robledo, para iniciar el bachillerato, como lo hicimos muchos de los que seis años después terminamos graduándonos. Siempre supe, o di por entendido, que la institución llevaba por nombre "Colegio Robledo", sin arandelas ni colgandejos, y con falso y lejano eco de conquistador español. Tema aclarado en entradas enteriores.
Sin embargo, en le boletín de calificaciones de primero, veo que el escudo reza "Colegio Jorge Robledo Calarca" y a partir de las de segundo se suprime el nombre "Jorge", para aparecer con la denominación que siempre he identificado a tan recordado plantel:
Colegio Robledo. Lo curioso del caso es, que
revisando más documentos, encuentro que en los diplomas de bachilleres, que nos expidieron en 1978, vuelve a aparecer el escudo con el nombre incluído. Busquen el diploma, saquen la lupa y lo podrán comprobar.
Así las cosas, cuando en 1973 ingresamos al Colegio le tenían un Jorge que desaparece durante cinco años y para despacharnos para la casa, en 1978, nos expiden un diploma que presenta las dos variantes, en el encabezado Colegio Robledo y con un escudo que vuelve a incluir al Jorge.
Tratando de deshacer el entuerto, y que conste que de quijote nada tengo, recurro a la web y descubro que ya el Colegio Robledo no existe, ahora hay un sucedáneo que dice llamarse I.E. Robledo (Institución Educativa Robledo). Además, cosa que es bien sabida, ya no funciona donde la vivimos, sinó un poco más al nororiente y, me imagino, que del cuerpo docente tampoco serán muchos los que continúen dando clases... treinta y cuatro años dan para mucho, si ya tenemos jubilados dentro de los graduados de entonces, qué diremos de nuestros profesores!.
Retomando los cambios que vivimos, nos tocó una época de experimentos en cuanto a métodos de calificación; en primero de bachillerato nos calificaban mensualmente y de cero a cinco, en segundo pasamos a períodos bimestrales, con notas de cero a diez y en cuatro y quinto calificaban también por bimestres, pero de cero a cien (primer bimestre de cero a diez, segundo hasta quince, tercero hasta veinte, cuanto hasta veinticinco y el último bimestre, hasta treinta); en sexto volvimos a la calificación de cero a diez, por bimetres, pero con la novedad de los exámenes finales, que habían desaparecido desde segundo. Jóder si nos cambiaban las reglas de juego, y sin derecho al palateo!
Nuestra época de estudio fue tiempo de cambios y experimentos, para muestra los que se dieron en los métodos evaluativos, en los nombre de las materias -recuerdan lo de ciencias integradas- y desaparición de asignaturas -el francés ya no se enseñaba cuando llegamos a quinto- en una institución que con el paso del tiempo cambió hasta de nombre, pero del que prevalece como signo identificativo "Robledo", que nos marcó los pasos, y nos preparó para afrontar la vida. Fuimos y seguiremos siendo Robledistas, desde los primeros graduados en 1952, hasta los que iniciaron sus estudios de bachillerato en este ya avanzado 2012, en eso no cambianos, todos podemos identificarnos bajo un manto Robledista, así no podamos establecer a ciencia cierta en qué consiste.
Un abrazo Robledistas.
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