El Alcalde de mi pueblo ¡vaya embrollo!, no estoy seguro del todo pero sí casi convencido de que ninguno de los que a bien ha elegido el pueblo soberano, han sabido cumplir con los compromisos adquiridos, quiero decir, con el programa de gobierno propuesto, en resumidas cuentas, con la sarta de promentiras que durante las respectivas campañas electorales cada quien se inventaba con el único fin de esquilmar el voto de los desprevenidos parroquianos; pero no lo puedo asegurar desde estas a alturas, o bajuras, y desde la distancia si se han realizado diagnósticos serios y objetivos que permitan establecer los índices de cumplimiento, será mejor decir de incumplimiento, de los respectivos personajes investidos para tan alta dignidad. Y las cosas no parecen que vayan a mejor, para muestra el botón que suspendido de funciones adorna a la administración territorial actual; como comentaban en el M.D. del Espectador en mis años mozos, "Dan ganas de llorar" o, mejor, como solía testimoniar don Gonzalo Gutiérrez ante el esplendor del alumnado "Eso no da ni rabia, muchachos...".
Pero volviendo al tema, o mejor continuando, argucias más, argucias menos, con un poco de allá y otro poco de acá, esquilmando diferentes fuentes se fue armando el asunto, primeros indicios, un alcalde que lloraba compungido ante el Presidente de la República, cual plañidera en velorio; un ahora columnista de periódico local, con visos de desmemoria; un pastor, pero no propiamente de ovejas; una fémina de no muy común nombre. Así avanzaba el cuento, pero ¿estaban todos los que fueron?, no, algo seguía faltando.
Para tratar de enderezar el entuerto mejor recurrir a la cronometría, a los períodos de los alcaldes, empezando por el último: Juan Carlos Giraldo Romero (2012 - 2016) demasiado tiempo, eh; Carlos Enrique López Murillo (2008 - 2011), Luz Marllie Alonso Gaviria (2004 - 2007) y paré la cuenta, me faltaban los datos de los demás períodos, porque desde que en 1988 empezó esta historia, que inicialmente era para dos años por mandato y que pasó a tres (¿con la constitución del 91?) terminó con cuatro a partir del 2004 (según la Registraduría Nacional del Estado Civil), para que no me vengan con cuentos. Veinticinco años, que dan para nueve períodos, nueve tragedias, nueve infortunios, nueve elecciones y nueve equivocaciones...
Entre tanto, tengo aún entre el tintero otros tres nombres, Oscar Iván Sabogal Vallejo, que si la memoria no me engaña fue el primero de los primeros, también tengo a Eduardo Orozco Jaramillo y el llorante John Bayron Cohecha Salazar, pero siguen faltando nombres, tres por lo menos, así que continuaremos...
A propósito de números, ¿Cuántas remodelaciones de la Plaza de Bolívar a sufrido Calarcá en estos 25 años de democracia participativa? Y una para revisión, pero sin fuente posibles, ¿Estaban dichas remodelaciones dentro de los promentiras electoreras respectivas?.
A todo esto y sin perder el hilo de este rincón, ¿Qué diablos tendrán que ver los bachilleres del Colegio Robledo, de 1978 en esta refriega?.
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