jueves, 14 de noviembre de 2013

A la recherche

   " ...hizo bien en hablar de los "misteriosos hilos" que la vida rompe.  Pero es mas cierto aún que los teje sin cesar entre los seres, entre los acontecimientos, que entrecruza sus hilos, que los dobla para reforzar la trama, de suerte que entre el menor punto de nuestro pasado y todos los demás hay una espesa red de recuerdos que sólo nos deja la elección de las comunicaciones".-Marcel Proust, En busca del tiempo perdido - El tiempo recobrado.
 
Cien años hace hoy de la aparición del primer volumen de la obra de Proust, cien años donde sus lectores habrán encontrado un camino para recuperar ese tiempo perdido, el suyo propio,  y cada uno habrá realizado el rescate a su manera.  El espejo reposa en los mas de tres mil folios que componen la obra... tarea grande eh!, pero ¿qué son tres mil hojas frente a toda una vida? Quizás poco, tal vez demasiado; todo depende, no olvidemos, del color del cristal a través del cual se mira.
 
Y es que mirar hacia atrás, rememorar, hace parte de la vida misma, así se haga no muy conscientemente, es parte del hacer de cada quién; tal vez por ello, o para ello, hemos terminado midiendo el tiempo, poniéndole segundos, minutos, horas, días, meses, años al calendario particular de cada existencia.  Las fechas, como hitos, son mojones que delimitan las diferentes etapas por las que en el trasegar de la vida nos hemos asomado o en las que nos hemos visto atrapados.
 
Y es que la recherche, como la existencia misma, no puede ser colectiva; así como cada quien vive, mira y valora desde su muy particular punto de vista, también reconstruye esos actos del pasado en su tiempo.  Por ello no es de extrañar que al escuchar a otro narrar hechos de los cuales también hemos sido protagonistas o testigos nos sorprendan las adiciones, modificaciones u omisiones que nos llevan a dudar, afirmar o recomponer nuestra propia vivencia, activándose de esa manera la trampa de la memoria.
 
A cien años de su aparición estoy terminando de dar cuenta de la obra, ahora navego en las últimas páginas del séptimo título o volumen  "El tiempo recobrado" y estoy seguro que volverán mi ojos a sus páginas  en un futuro no muy lejano, aunque sin prisa. Y así como he dedicado tiempo durante mas de siete meses para ejecutar la lectura, me tomaré algún tiempo para volver a ella y continuar la tarea.
 
Es posible que a lo largo de las entradas que hasta ahora componen este blogg hallamos reconstruido, así sea de manera  muy superficial, episodios, rostros, personajes, acontecimientos que de una y otra forma hicieron parte de ese período de vida que compartimos y dejamos en la parte alta de la colina que servía como sede a las instalaciones del Colegio Robledo de Calarcá y del cual fuimos expulsados a la vida finalizando el año de 1978.  Todo el cúmulo de recuerdos filtrado por la desmemoria, con el sesgo, consciente o no, que cada quien arrastra por la vida, se han vertido en estas páginas virtuales que un día desaparecerán para siempre, como todo, porque lejos de la transcendencia anhelada, no somos mas que partículas de eso a lo bien canta el grupo Kansas... Polvo en el viento, dust in the wind y no por ello, dejamos de andar en busca del tiempo perdido, "a la recherche du temps perdu",  como lo testimoniara hace ya un siglo el genial Marcel Proust,
 

No hay comentarios: