domingo, 29 de junio de 2014

Jugando a Ganar

En 1978, aquel idílico año, en el que por fin nos concederían la gracia de hacernos bachilleres en el embarrancado Colegio Robledo de Calarcá, también asistimos al cambio de Presidente de la República, o acaso han olvidado al bailarín de Cúcuta?.  Fue también el año del mundial de futbol de Argentina y en Colombia nuestros mayores (padre, tíos, etc.) seguían añorando el 4 - 4 del 62, sí, en Chile, única asistencia de "los nuestros" a una fase final mundialista y donde se alcanzó la mayor gloria del balompié nacional, el histórico empate frente a la nada despreciable selección de la URSS.  Que también fue el año de los tres Papas -Giovanni Batista Montini (7 de agosto), Albino Luciani (29 de septiembre) y Carol Woltyla (16 de octubre); y el mundo siguió girando, como debía ser...
 
Tendrían que pasar varios años, contados en cuatrienios, para que los futbolistas volvieran a ilusionar a la nación entera, la Era Maturana se nos vendría encima con sus tres mundiales consecutivos y sendas decepciones y de nuevo el vacío, hasta este 2014 donde una generación de huérfanos, balonpedísticamente hablando, rugen, vociferan y celebran con las hazañas futboleras de los pupilos de Pekerman.  Ya era hora de ir superando ese otro histórico empate (el otro inolvidable 1 - 1 contra la que terminaría siendo la campeona del torneo, Alemania/90), recuerdan la celebración de Fredy Rincón?
 
De momento Colombia se ha clasificado como primera del su grupo a la siguiente fase del torneo (y se clasificó a cuartos de final, al superar anoche a Uruguay -la que, mordisco incluido, mando a los italianos a su bota-), con lo que ya se han superado las expectativas creadas y la historia del futbol nacional a nivel de selecciones;  cumpliendo con otras expectativas, mas trascendentales y determinantes, se reeligió al Santos de la Casa de Nariño, y en Roma manda Bergoglio, desde el año pasado (13 de marzo) anticipándose un poco al trípode de año evocado.
 
En Calarcá ya se vive la fiesta, aún no me llegan sus ecos, pero estoy seguro que vendrán.

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