Último día del séptimo y seguimos, en medio del bullicio y la tragedia... pasado el mes, se fueron los Sanfermines, que este año estuvieron mas lejanos que de costumbre -pero no voy a entrar en detalles, poco importa- El Tour cumplió su cita con el asfalto, el pavé y su baño de multitudes, que da gusto ver como se entrega el público francés al paso de tozudos pedaleantes; y el mundial de futbol... sobran la palabras, para los connacionales fue algo más que una fiesta, con resaca incluida (nada que ver con lo vivido en estas tierras hispanas, dado el descalabro de la roja). Se llevó la copa Alemania para sus teutones territorios, Nivalli vestido de amarillo festejó en los Champ-Élysées y en Pamplona los toros cumplieron la cita anual; entre tanto, en mundo siguió entre aturdido y negligente la tragedia del Medio Oriente, que no solo ensombrece a palestinos e israelíes, si no que sigue su marcha por Siria, Irak y se extiende... los rusos y ucranianos en su locura político-racial, putinisados, derriban aviones atestados de civiles y como si nada, sigue la bronca y no pasa nada, que ya nadie quiere recordar, ni le importan, los acontecimientos de Sarajevo de ahora cien años ha -y sus consecuencias, que son las que cuentan-.
El ébola se expande por el áfrica subsahariano dejando su huella de muerte, los musulmanes de no se qué país desaparecen a dos centenares de mujeres jóvenes, y después de algunos alarmistas titulares de prensa, hablada escrita, da igual, el mundo se olvida, y ellos lo saben bastante bien, el continente negro poco importa y menos lo que allí pasa; Corea del Norte y del Sur, Libia, Egipto, Los Chinos... se escuchan ofertas!
Entre tanto, el verano sigue, impávido, su marcha hacia el otoño, que no lo puede evitar, dejando que los forofos de la arena se deleiten y derritan a orillas de cualquier rio o de un cada vez más contamina mar...
Tal parece que necesito unas vacaciones, que ya viene septiembre!
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