domingo, 26 de septiembre de 2010


MEMORIA DE UN BRINDIS




Cafetiche. Un lugar. Una celebración también. Trabajo con final feliz. Y la foto lo testimonia. Empieza, colorido, el otoño en Madrid. El café Van Gogh, nuestro café fetiche. Lugar de reunión, crisol de risas, taller literario. Alexander Prieto Osorno pone punto final a su novela. Nos hemos reunido con él, desde el invierno de 2009. Hemos visto cómo crece, desde la voluntad de obrar, su trabajo. Maduró día a día, semana a semana, y hoy cosecha sus esfuerzos. Jesucristo 2, la venganza, es el título elegido, al menos por el momento. Su representante editorial en Alemania espera la novela, Alexander quiere, también, enviarla a concursar. Una novela risueña, urticante, atrevida que transgrede la institucionalidad desde la libertad de la caricatura. Caricatura escrita, es necesario subrayarlo, para quienes no son capaces de ver sino la caricatura gráfica. Caricalomía, aunque el término suene a tecnicismo, a palabreja complicada e inútil, y sin embargo, precisión necesaria. En el exigente arte de la caricalomía, caricatura escrita, insisto, Alexander es un maestro, su trabajo lo demuestra. Bonitos crímenes, su más reciente e hilarante libro, publicado en Madrid por La Mirada malva, testimonia esa capacidad humorística. Trabajo literario que recarga el mundo dado, institucionalizado, esclerotizado, para castigarlo con la sátira desde una mirada cómica que contagia.

Sátira. Divertido trabajo. Libro que ríe. Pero también reflexión profunda. Y humor en sentido sustancial. Provocación de estados de ánimo diversos. Una literatura que cumple su función social. Esto es, en apretada síntesis, su nueva obra. Un juego con la palabra que desvela la iniquidad. Pregunta esencial por la risa, la vida y su razón. Ganador del Rulfo de cuento y poseedor de una mirada cómica que zahiere. Ahora, Alexander Prieto Osorno profundiza en su quehacer literario para entregarnos esa preciosa joya. Por sus ácidas críticas a la institucionalidad pervertida, ningún lector quedará indiferente ante esta novela. No recomendamos su lectura al papa Benedicto XVI, ni a los ceñudos seguidores de monseñor Escrivá. Tampoco lo recomendamos a políticos, presidentes, presidiarios, burócratas, zabazoques, sacamicas y tinterillos amantes de zalemas y eufemismos. En definitiva, a quien no tenga capacidad para reírse de sí mismo, de su triste condición de creyente. Porque como en cualquier buena novela, todo esto es ficción, nada es cierto, sólo la terapéutica posibilidad de disfrutarla.

Brindis. Alegre testimonio. El placer compartido. El arte que enriquece. Y la foto de registro. Detrás de la foto, Elena Ospina. Mujer, compañera, amiga, artista, ilustradora, triunfadora también. Ha disfrutado y visto madurar, igualmente, la novela. Y en alguna jornada ilustró al mítico dios solar. En esta foto, desde afuera, también celebra triunfos con nosotros. El primer premio del Salón de Humor Gráfico Ciudad de Bogotá. La invitación a conmemorar, en Estambul, 30 años del Nasreddin Hodja Cartoon. Celebro con ambos, con la misma alegría, la inscripción de la tesis doctoral. Después de un largo proceso de indagación en la risa y sus matices teóricos. Brindamos por la vida y optamos por ella, por la posibilidad creadora de mundos mejores. Brindamos por los mundos posibles, creados y recreados desde el arte, que apuestan por la felicidad. No aquellos paraísos de cucaña denunciados por el filósofo Estanislao Zuleta, sino realidades factibles de ser conquistadas. Por esa felicidad constructora de sueños, brindamos desde el otoño madrileño, Van Gogh solo mira con ojos escépticos.

Carlos Alberto Villegas Uribe
Madrid, septiembre 27, 2010

1 comentario:

Luis F. Noreña G. dijo...

Alzo la copa desde esta orilla del Mediterránea, para acompañarles, de cuerpo ausente!

Felicitaciones a los tres, y que los éxitos perduren.

Abrazos.