Viajar. 1. intr. Trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por medio de cualquier locomoción. (Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición).
Los medios de locomoción, sí, esos que nos llevan y nos traen; y de ellos los que más he usado los terrestres, empesando por los de caminar, sin importar la marca ni el jumento, seguidos por los llamados de servico público como taxis, camperos y buses -urbanos, intemunicipales y demás- chivas incluídas, y el tren -rumbo a Cali-; algunas veces carros particulares de diferente pelambre y motocicletas lo mismo que bicicletas. De los acuáticos menos, para desplazarnos a las Islas de San Bernando y las del Rosario, lo mismo que a la Bocana en Buenaventura y a la isla de la Corota en la laguna de la Cocha. Y finalmente los aéreos, desde pajarítos con alas, de cuatro o seis puestos (incluido el del piloto), para subir de Pereira a Manizales -gajes del oficio- pasando por los Twin Otter y Fairchild de Aces y los ATR50 de avianca, hasta algún Boing de Avianca un poco más grande, pero eso rara vez. Para los viajes a España tocó Iberia y sus Airbus.
Los medios de locomoción, sí, esos que nos llevan y nos traen; y de ellos los que más he usado los terrestres, empesando por los de caminar, sin importar la marca ni el jumento, seguidos por los llamados de servico público como taxis, camperos y buses -urbanos, intemunicipales y demás- chivas incluídas, y el tren -rumbo a Cali-; algunas veces carros particulares de diferente pelambre y motocicletas lo mismo que bicicletas. De los acuáticos menos, para desplazarnos a las Islas de San Bernando y las del Rosario, lo mismo que a la Bocana en Buenaventura y a la isla de la Corota en la laguna de la Cocha. Y finalmente los aéreos, desde pajarítos con alas, de cuatro o seis puestos (incluido el del piloto), para subir de Pereira a Manizales -gajes del oficio- pasando por los Twin Otter y Fairchild de Aces y los ATR50 de avianca, hasta algún Boing de Avianca un poco más grande, pero eso rara vez. Para los viajes a España tocó Iberia y sus Airbus.
Volviendo a lo de los viajes, faltaría mencionar la época en que trabajé en el Valle del Cauca, donde me asignaron un campero Suzuki, para moverme por la zona central de departamento, así que hube de aprender a conducir o manejar que llaman, lo hice en Cartago, con obtención del pase y enfilar hacia Restrepo para volver a aprender, porque pasar de un Renault 12 o cosa parecida en las inmediaciones de Cartago, a un brinkuki, por los caminos destapados de las inmediaciones de Restrepo trae sus dificultades. Allí aprendí y durante cuatro años estuve haciendo de chofer en el camperito, con algunas "pichonas" en camperos Daihatsu para terminar en una chevrolet Luv. Y ni más, no volví a coger un aparatejo de esos para nada -al menos mientras estuve en Colombia.
Así que los medios y destinos siempre han sido variados, tanto en Colombia como en España. Por esta tierras del Quijote, el tren tiene más preponderancia que los "autobuses" y los sistemas públicos de trasporte de pasajeros son más limitados, tanto en destinos como en frecuencias, pero eso es otra historia, así que mejor la dejo para otra ocasión o terminaré por espantar definitivamente a los escasos despistados que pasan por estas páginas.
Así que los medios y destinos siempre han sido variados, tanto en Colombia como en España. Por esta tierras del Quijote, el tren tiene más preponderancia que los "autobuses" y los sistemas públicos de trasporte de pasajeros son más limitados, tanto en destinos como en frecuencias, pero eso es otra historia, así que mejor la dejo para otra ocasión o terminaré por espantar definitivamente a los escasos despistados que pasan por estas páginas.
Sé que muchos de los bachilleres que me acompañaron en el acto de graduación en el Colegio Robledo de Calarcá en 1978 han sido viajeros, más que yo, y no les da por ponerse a perder el tiempo en recuentos sin sentido, pero así somos, unos contamos y otros se lo guardan...
Un abrazo a todos y que siga el verano.
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