sábado, 14 de agosto de 2010

Que veinte años no es nada!

Bien lo canta Gardel, que veinte años no es nada. . . y digo, canta, en presente, porque como dicen algunos tangófilos trasnochados: Carlitos cada día canta mejor!

Así, si veinte no son nada, treinta no son tanto y cincuenta tampoco. Y los tres números pueden guardar relación entre sí, para los bachilleres del Colegio Robledo de Calarcá, que en 1978 nos batimos en retirada de aquella pequeña colina desde la que oteábamos a la Villa del Cacique; claro que habían y siguen habiendo mejores miradores como el moro, la virgen blanca o el recreo, en la vía hacia La Línea. Mejor aún, sentados sobre peñas blancas. Buenos recuerdos!

Pero el tema de los números viene a cuento por el tango y otras cuentas; que hace poco pasamos de los treinta (años) de ser bachilleres, cuando nos acercábamos todos a los veinte, lo que nos lleva a que ahora, al menos lo que seguimos respirando, estamos bordeando, si aún no hemos rebasado, la cincuentena, o medio siglo que llaman. Así las cosas muchos son padres y algunos hasta abuelos; es más, no faltará el que ya disfrute de alguna pensión (Porque en nuestro país eso es posible).

Lo anterior mirando hacia atrás, que ser retrospectivos hace parte de nuestra naturaleza, porque al mirar hacia adelante. . .

Dentro de veinte seremos septuagenarios (que suena fágil el término, eh) y eso sí que da qué pensar, porque como bien sigue cantando carliitos: Que veinte años no es nada!

Jóder! La madre que los parió!

Fuerza, y p´lante, p´lante que p´trás asustan.



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